FRITÁ DE PATATAS

Desde siempre esta receta ha formado parte de nuestro menú.
Un plato de los de toda la vida que nos trae recuerdos y aromas del pasado. En mi caso también formó parte del menú de los canteros.
Las mujeres y madres de canteros preparaban esta fritá y guardaban una porcion en una ollita de porcelana roja con tapadera, de las de toda la vida, y la incluían dentro del cesto junto a un trozo de pan, algo de embutido, que podia ser chorizo o tocino, normalmente de los preparados en la matanza, y una pieza de fruta... naranja, manzana, pera, plátano, depende de lo que diera la temporada.

La ollita anudada con una servilleta de cuadritos, para que no se abriera la olla y conservara algo de calor, luego todo envuelto en otra servilleta de esas hechas con un doblez, con el filo de pico o de cadeneta, lo tengo en mi memoria el ritual de preparar el cesto como si estuviera viéndolo.
Luego este cesto (marcado con las iniciales de cada uno, para no haber confusión) se mandaba a la cantera portado en Land Rover en los últimos años y en las agüeras de burro muchísimo tiempo atrás.
Hay que ver la de recuerdos que pueden dar un plato.

Hoy lo disfrutamos tal cual, o para rizar el rizo, con un huevo frito, y para aquellas personas vegetarianas así simplemente, sin algún añadido más, tienen un plato de lo mas rico.

Un buen vino tinto, pan casero y buena compañía hacen que este plato sea todo un éxito.


Quedan buenísimas y un huevo frito completa este plato.


Una vez todo en la sartén a falta de dar el ultimo minuto en el fuego.


Los pasos a seguir.


Ingredientes

3 patatas
2 pimientos verdes
1 cebolla
Medio kg. de tomates o 1 lata de tomate triturado
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Pimienta molida
pizca de orégano

Elaboración

Preparamos todos los ingredientes sobre la mesa.
Las patatas las pelamos y las cortamos, yo estilo panaderas, un poquito más gruesas.
Los pimientos en rodajas de bocado y limpios de semillas. Lavados y escurridas.
Picamos finamente la cebolla.
El tomate lavado y rallado si es natural. Y mejor si antes lo escaldamos y retiramos la piel.

Ponemos dos sartenes.
En una buena sartén con una cucharada generosa de aceite para hacer la fritada  y en otra un par de dedos de aceite para freír las patatas.

Comenzamos haciendo la fritada.
En la sartén que lleva poco aceite, la ponemos a calentar y echamos la cebolla. Salpimentamos ligeramente.
La pochamos a fuego suave, a continuación echamos los pimientos cortados, los freímos un par de minutos y agregamos el tomate.
Cocinamos hasta que el tomate este frito y haya perdido el agua. Si vemos que está muy caldoso cocinamos a fuego fuerte un par de minutos y destapada la sartén, así queda un sofrito rico.
Probamos de sabor y corregimos la acidez si es necesario con una pizca de azúcar. Asa reducimos la acidez del tomate.

Debe quedar una fritada un poco espesita, a falta de terminarse de hacer con las patatas.

Mientras en la otra sartén freímos las patatas.
Deben hacerse a fuego un poco fuerte, para que queden un poco enteras y terminen de cocerse en la fritada. Uno de los secretos de este plato es que la patata no pierda textura.
Cuando veamos que están fritas, las sacamos de la sartén, las escurrimos bien del aceite y las echamos en la fritada.

Envolvemos todo junto suavemente para que no se rompa la patata, ponemos pizca de orégano y cocinamos lo justo hasta que las patatas estén tiernas.

Servimos y listas para degustar. Una fritá riquísima.

Comentarios

  1. Y que rica que está, la última no la preparé hace mucho, quizás estaba aún en la playa y nos pusimos finos. Es cierto que la comida en el cesto para llevar al trabajo tiene su protocolo, cada vez se hace menos, pero según en qué lugares todavía se estila, aunque de forma distinta. Y sí, las comidas tienen mucha historia que contar.
    Bss

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  2. Me ha emamorado tu entrada q forma mas bonita de preparar ese cesto y seguro q con todo el cariño del nundo me ha vuelto loca el plato y tu preciosa entrada. Mil besicos

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  3. Qué ricos estos platos de toda la vida, sin necesidad de ingredientes caros tienes un plato en la mesa que alimenta el cuerpo y el alma con esos recuerdos.
    Besos.

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  4. Esto es un receton en el que como tu bien dices un huevo como solia hacer mi madre en el que al final de la frita con el tomate ya mezclado todo le cuajaba los huevos y eso era una autentica delicia y tu has hecho de esta frita unos recuerdos inborrables para mi y viendo todo lo que has realizado a la perfeccion aun mas me ha parecido una autentica maravilla de plato. Besos

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  5. Puri, tesoro, esto es un recetó de los que hacen historia. Yo también lo compartí hace tiempo y encierra una más o menos parecida, yo también recuerdo a mi madre preparando el canasto para mi padre y mi hermano, comían en el trabajo y llevaban los guisos en fiambreras, no recuerdo si alguna vez me contó mi padre como calentaban la comida, seguro que tenían sus mañas, algún infernillo o similar porque mi padre siempre ha sido y es un buscavidas, y te soluciona los problemas con una eficiencia que me rio yo de Sr. Balay, y el que inventó el microondas, Jajajaja...
    Lo del paño atado, era muy común, yo aún tengo costumbre de tapar las cazuelas con paños de cocina limpios después de cocinar, aunque luego lo vaya a calentar, pero son costumbres heredadas de mi madre y que yo, como decía la del anuncia del detergente, cada día me parezco más a ella, Jajajaja...
    Tu fritá está para rebañar el plato y repetir, es una de mis comidas preferidas y que como dice Lola, no hace mucho la disfrutamos en familia y sin oír ni un “esto no me gusta” al contrario, algún “se puede repetir” cae como quien no quiere la cosa, y yo tam feliz de hacerles la vida más agradable a los que quiero. Es tam fácil, solo darles una buena dosis de cariño, y poco más hace falta, mientras haya platos tan ricos como este.
    Besos

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  6. En casa nos gustan mucho, como guarnición o como plato completo como tu dices con un huevo frito. Y sobre todo con un buen pan para mojar en esa salsa tan rica!! Bs.

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  7. jo qué buenas me encantannnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn, me dio envidia y ganas de hacerla jajaja, no tardaré. Un beso

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  8. A través de los alimentos, siempre alimentamos a la vez la memoria de esos recuerdos que llevamos y llevaremos tatuados en el corazon.
    Las patatas no tienen desperdicio , a mi también me encantan y con huevo mmm...
    Un abrazo Puri.

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  9. Hola Purí! !
    Nunca he preparado así las patatas y mira que me gustan, en casa siempre hay patatas, a mi hija no tanto, aunque a mi marido y a mi nos rechiflan, tomo nota porque seguro que las preparo tienen que estar deliciosas, me encanta este plato...Besss

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  10. Hola, Puri. Ya te dije ayer que tus recetas con tradición me encantan, de hecho, todas las de cualquier lado. Como no soy de tu tierra, no conocía ni el plato, ni tu historia, pero me parece un plato delicioso, de los que me gustan con o sin huevo.
    Lo de la cesta, la olla, el paño etc, cambiando un poco alguna cosa, era costumbre en muchas casas ya que era el hombre el que salía a trabajar y mil historias se habrán quedado perdidas en la memoria de los que ya se fueron.
    Me voy con un buen sabor de boca.
    Besos.

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  11. Hola Puri, te cuento que mi abuela las hacía de dos maneras diferentes, tengo una publicada y aún no he puesto ésta. Nos encanta en casa, vaya que es una fiesta cada vez que las hago. Si es que lo mñas tradicional y familiar es con lo que más se disfruta. Las hago de tarde en tarde porque desde luego nos hartamos, ja ja ja ja. te ha quedado espectacular, amiga mía. Mil graias por estas recetas, las que son verdaderas joyas de nuestra gastronomía. Un beso muy grande!!!

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