INDALO CON CREMA DE QUESO

Si me despedía el verano con una deliciosa tarta,
hoy os doy la bienvenida con algo dulce también,
este INDALO de hojaldre relleno de crema de queso.
Combinación perfecta de queso, nata y azúcar,
             éxito garantizado.
Para quien no conozca la historia del INDALO,
os diré que  es una figura de origen ancestral que se encuentra en la cueva de los Letreros,
situada en el municipio de Vélez-Blanco (Almería).
Fué descubierta hacia 1868 por el almeriense Manuel de Góngora y Martínez.
Dicha cueva, que da cobijo al Indalo, fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1924 y posteriormente Patrimonio de la Humanidad.
Se trata de una pintura rupestre del Neolítico tardío o Edad del Cobre.
Representa a una figura humana con los brazos extendidos y un arco sobre sus manos,
su significado no ha sido aún esclarecido de forma definitiva.
Actualmente es un símbolo de Almería. Símobo de buena suerte.
Considerado un tóten en el norte y levante de la provincia, especialmente en Mójacar.
Ingredientes:

1 lámina de hojaldre
250 g de queso de untar
500 ml de nata para montar
125  g de azúcar glas

Elaboración:

Cortamos el hojaldre con la forma deseada, en esta ocasión con forma de la figura del INDALO.
Cocinamos en el horno unos 15 minutos, más o menos, dependiendo lo grande que sea la figura,
a 180º. Dejamos enfríar y abrimos por la mitad. Reservamos.
Preparamos la crema de queso.
La vamos a elaborar de manera tradicional y con thermomix.

Método tradicional:
Mezclamos la nata con el queso y lo montamos como si estuviéramos montando sólo la nata.
Cuando tengamos una consistencia muy firme, incorporamos el azúcar glas y lo mezclamos
con una espátula para que ésta se integre bien.
Ponemos la mezcla en una manga pastelera y la guardamos en el frigorífico hasta que lo
vayamos a usar.

Con Thermomix:
Echamos en el vaso el queso y la nata y lo mezclamos unos segundos a Vel. 4.
Ponemos la mariposa y montamos la mezcla a Vel. 3 y media hasta que esté muy firme.
Incorporamos el azúcar glas y lo mezclamos con una espátula para que ésta se integre bien.
Ponemos la mezcla en una manga pastelera y lo guardamos en el frigorífico hasta que lo
vayamos a degustar.

Rellenamos el hojaldre y espolvoreamos con
azúcar glas. Listo para comer.
Fácil ¿Verdad?
             Que aproveche!!!

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