Esta entrada es muy entrañable ya que quiero dedicársela a una gran persona que nos deja muchos recuerdos.
Mi suegro ha sido para mí una persona muy especial, siempre buscando, como decía yo, cualquier hierba o planta para aportarla a este rincón.
Hace unos días nos dejaba y lo hacía sin apenas darnos cuenta, andando y sin parar, porque para él el descanso no estaba entre sus planes. Una persona muy activa y hasta el último momento, arreglando sus tierras, partiendo sus almendras y las mías, sus aceitunas y haciendo lo que más le gustaba... estar con su familia.
Era feliz en el cortijo, plantando y recolectando, y en epoca cercana a navidad preparandolo todo para la recogida de aceitunas, no dejaba una en el suelo.
Esta última Navidad estuvimos como cada año recogiendo este fruto tan preciado y que por suerte tenemos y de calidad en nuestra tierra.
Regalo de la naturaleza
La verdad que es un trabajo pesado pero lo pasamos bien, contando historias, conviviendo ratos de risa y cansancio, y haciendo descanso como cual jornalero para degustar ricas cosas, tortilla, fritada, algún picoteo, café y bizcocho y algunas cosillas más, poco... hasta terminar jornada.
Siempre recordaremos esos días de recogida, mi suegro de encargado y nosotros recibiendo órdenes, y quejandonos alguna que otra vez (todo sea dicho) por el esfuerzo, por el frío, por el cansancio y lo interminable que se nos hacía, dependiendo la cosecha del año.
Al final, como siempre decíamos, poco se paga por el aceite para el trabajo que cuesta coger la aceituna.
Quien nos iba a decir que este año sería el último en el que nuestro jefe estaría al mando, lo echaremos muchíisimo de menos, en ese y otros muchos momentos, ya no será lo mismo... pero él seguirá siempre al mando.
Me quedo con sus consejos, con la sabiduría que da los años, su bondad, el cariño con el que me hablaba, con sus historias, repetidas una y otra vez... Me encantaba preguntarle y preguntarle cosas de la vida y a él contarmelas.
Que orgulloso se sentía cuando habíamos terminado, cuando toda la aceituna estaba cargada para llevarla a la almazara.
Y cuando recogiamos el aceite de la almazara, que ilusión, alguna que otra vez el aceite era el de nuestra propia cosecha, la aceituna que habiamos cogido con nuestras propias manos... un gustazo saborearlo simplemente mojando con un buen pan.
Con algunas aceitunas, de una clase en concreto, que ahora no recuerdo y eso que me lo dijo hace unos días, las preparamos para comerlas aliñadas.
Yo este año las preparé como me dijo él y que hoy os dejo en el blog.
Así que aparté un cubo, me las picó él mismo, las deje secar unos días y las preparé tal cual indicaciones me dió.
Hasta siempre "querido suegro", que dificil es despedirse y pensar que ya no volveremos a verlo... si volviera a nacer volvería a elegirlo. Que los Ángeles le acompañen en este nuevo camino y que donde esté nos siga cuidando como aquí lo hizo.
Y ahora os dejo estas aceitunas aliñás... sus aceitunas, las que recogió y con tanto cariño me partió.
Ingredientes
3 kilos Aceitunas negras, conocidas como menuas
Agua
Sal gorda
Cáscara seca de naranja
Unas ramitas de Tomillo
Elaboración
Se parten las aceitunas, con cuidado de no romperlas, sólo se da un golpecito en seco y no demasiado fuerte. Deben quedar abiertas un poco y con el hueso entero.
Se extienden bien, yo las puse en una caja de cartón, y las dejé al sol durante el día, por la noche las resguarde bajo techo.
Así las dejé cuatro o cinco días.
Después las enjuague bien y las eche en un cubo y las cubrí con agua ( dos o tres dedos por encima de las aceitunas ) y dos puñados de sal gorda. Se dejan tapadas.
Al día siguiente les quite ese agua, bien escurridas y volví a cubrirlas de nuevo con agua y dos puñados de sal gorda.
En cada cambio de agua dos puñados de sal también.
Se debe hacer hasta que el agua salga limpia.
Algún día les hice el cambio de agua dos veces,
Tardan unos cinco o seis días, depende la aceituna.
Con el último cambio de agua, le volvemos a poner nuevamente sal. Aquí ponemos un poco menos de agua ya que le vamos añadir más cantidad infusionada con tomillo..
Mientras estamos haciendo los cambios de agua, o sea al principio, dejamos secar las cáscaras de dos naranjas, las peladuras sin nada de naranja.
Se dejan secar bien y se echan en el cubo con las aceitunas ya curadas.
En una olla ponemos como litro y medio o dos de agua y echamos dentro unas ramitas de tomillo.
Dejamos hervir y cuando el agua ha tomado color y sabor del tomillo se retira del fuego y se deja enfriar completamente.
Ese agua la echamos colada al cubo de las aceitunas.
Le podemos poner también alguna ramita más a las aceitunas, a mi me gusta verlas en las aceitunas.
Y las dejamos que tomen el sabor un par de dias.
Las probamos y si estan a nuestro gusto de sabor ya las tenemos listas para comer.
Un acompañamiento ideal para el aperitivo o para incorporarlas a muchas ensaladas y elaboraciones.
Querida Puri, no sabía nada de la muerte de tu suegro, nuestro más sentido pésame para todos de los dos. Mejor que haya muerto con las botas puestas, algunas personas mayores han tenido tal actividad que llegan al final sin enterarse y es lo bueno, he visto a otras en una cama durante años y es duro para todos. Ya descansa en paz.
ResponderEliminarMe alegro de que esas aceitunas sean las últimas que recogisteis en su compañía, ya que os traerán gratos recuerdos y os sabrán a gloria. El aliño es muy rico y sirve como aperitivo y como ingrediente de otras recetas.
Un beso.
Lo siento mucho Puri, cuando alguien a quien queremos nos deja de repente no hay nada que pueda aminorar el golpe, es muy bonito lo que cuentas y el homenaje que le haces, creo que esa es la mejor manera de recordarlo, en sus buenos momentos y con alegría, seguro que el estaría muy contento y orgulloso.
ResponderEliminarEsas aceitunas estarán deliciosas seguro, porque además están hechas con muchísimo cariño.
Besos.
Querida Puri, siento mucho la perdida de tu suegro , la verdad es que cuando nos deja una persona querida siempre nos deja un hueco en el corazón, pero siempre estará con nosotros cada vez que lo recordemos ......por lo que estas aceitunas son parte de él ....... gracias por compartir con nosotr@s esta receta de las aceitunas negras aliñadas
ResponderEliminarBesitos¡¡
Hola Puri! Me he afectado hoy con tu entrada. ¡Yo que esperaba encontrarme con todo en calma y feliz! Siento mucho tu pérdida, más aún cuando hablas de una buena persona. Pero fíjate que te ha dejado escuela, y gracias a él todos los que te leamos vamos a llevarnos la técnica de como elaborar el aliño de las aceitunas negras. Seguro que aprendiste mucho más. Me quedo con el proceso. Muchas gracias amiga. Besos.
ResponderEliminarSin lugar a duda querida amiga que duele bastante cuando en nuestro entorno nos dejan seres que han sido muy queridos por todo lo que han sido y han dado entre amistades y familiares pero que siempre podemos guardar en nuestros recuerdos esos buenos momentos por lo que la vida nos ha dado el poder haber tenido y vivido con todos ellos. Y en el que podras y como no podremos llevarnos uno de esos regalos que tu suegro hacia con el aliño de las aceitunas en el que no pongo en duda de que tienen que estar de maravillas. Muchos besitos y por supuesto que lo siento mucho.
ResponderEliminarMe encantan las aceitunas caseras aliñadas, yo las aliño al estilo de mi pueblo, y son un vicio , como las pipas, no paras de comer, besos
ResponderEliminarLo siento mucho Puri, los seres queridos no tendrían nunca que irse, pero es ley de vida, por mucho que nos duela. Eso sí siempre nos quedará sus recuerdos que son muchos y tan bonitos como este tuyo.
ResponderEliminarBesos. Lola
Siento mucho tu pérdida.
ResponderEliminarEstará contento viendo lo mucho que le quereis y la entrada tan preciosa que le has dedicado.
Muchos ánimos
Glòria
Cuanto lo siento Puri... es una pena que nos falten nuestros seres querido, pero es ley de vida y solo nos queda recordar los mejores momentos. Esta receta es un buen homenaje para él. Me encanta las aceitunas aliñadas, mi padre , que también falta ya, tenía olivos y siempre en casa se aliñaban las aceitunas, las verdes y las negras, y qué ricas quedan!! Mucho más que las compradas. Un besito.
ResponderEliminarPuri siento mucho la pérdida, se me ha encogido el corazón al leerte porque así me pasó a mi con el mio . Qué tristeza , pero nos quedan sus enseñanzas y su cariño que nos acompañarán por siempre en el corazón.
ResponderEliminarTe mando un abrazo prieto, prieto.
Mi mas sentido pésame amiga, se que lo echaras mucho de menos, describías a tu suegro y parecía que hablases del mío, son tan sabios y nos han enseñado tanto, verdad?
ResponderEliminarQuien te iba a decir que ya no lo volverías a ver hace unos días.
Me ha gustado la receta tomo nota para el año que viene hacer unas pocas asi, que nunca las he hecho de esta manera.
Un besazo y mi mas sentido pésame a tu marido, besos a los tres.
Hola amiga. La verdad es que a veces a lo largo de la vida comentamos que hay personas en nuestro alrededor, que deberían permanecer siempre; pero precisamente esas personas son las que nunca se van de nuestros pensamientos y que en realidad, son las que nos siguen ayudando a valorar mas lo bueno y lo malo de la vida. A pesar de todo, te entiendo y lo siento de verdad.
ResponderEliminarBESOS
Querida amiga, siento mucho tu perdida, duele mucho perder a un ser querido, pero siempre nos quedaran sus recuerdos , los buenos momentos compartidos y sus sabios consejos, bonito homenaje le has echo con esta receta en la que el mismo participo ante de irse, un besazo y un abrazo grandote y mucho animo amiga.
ResponderEliminarEs una entrada preciosa Puri, aunque triste a la vez, un bonito homenaje a tu suegro que leyendo lo que cuentas de él se lo merecía totalmente ya que era una excelente persona. Lo siento mucho y desde aquí te envío un abrazo virtual para ti y la familia. Mucho ánimo en momentos tan difíciles, pero quedan los buenos momentos en el recuerdo.
ResponderEliminarY qué decir de las olivas, me encantan! Y estas seguro que tienen un sabor muy especial.
Besos.
Querida Puri, siento muchísimo tu perdida. Me a entristecido mucho leerte y a la vez me parece un homenaje precioso para tu suegro, no es consuelo el que sea ley de vida porque se que lo echareis mucho de menos siempre. En cuanto a la receta me a gustado mucho , seguro que tiene que ser deliciosas. Por aquí no se dan las olivas y al ver recetas como esta paso mucha envidia.
ResponderEliminarUn abrazo enorme corazon.
Hola Puri, mis condolencias a toda la familia. En estos momentos de tanto dolor has elegido regalarle esta bonita entrada y que sin duda estará muy feliz. Hace 10 años yo perdí a mi suegro y me hago a la idea de los tristes momentos que estáis pasando pero mientras lo recordéis con alegría y naturalidad siempre estará con vosotros. Lo siento mucho.
ResponderEliminarMe ha encantado ver cómo recolectabais las aceitunas ¡con lo que a mí me encantan! pero mucho mucho. Las vuestras son de una gran calidad se aprecian en las fotografías, y además están recogidas con el esfuerzo y mimo de todos vosotros.
Guardo el aliño y a ver si tuviera suerte de encontrar por aquí aceitunas de aliño porque sin duda las haré tal y como nos indicas.
Un super abrazo, de corazón
Con esta entrada le has hecho un maravilloso y entrañable homenaje a su recuerdo, desde donde esté, estoy convencida de que te sonreirá agradecido.
ResponderEliminarCréeme que me ha emocionado esta entrada, los recuerdos forman parte de mi vida y comprendo perfectamente por lo que está pasando la familia.
Piensa que él sigue vivo en vuestros corazones y cada vez que degustéis esas ricas aceitunas.
Cariños.
Kasioles
Querida Puri, estoy emocionada pues escribes con el corazón, has sido muy afortunada de tener a tu suegro a tu lado, pero estoy segura que él se ha ido feliz y sabiendo que ha sido amado y querido. Estos días ando especialmente sensible pero ver estas muestras de cariño me hace pensar que en el mundo hay mucha buena gente y personas que dejna su huella para siempre. Mil gracias por compartirlas con nosotras, cuánta generosidad. Mil besos y siento mucho tu pérdida.
ResponderEliminarUna delicia las aceitunas negras con aceite, pimentón, y con tomillo una delicia, casi sin pringarnos la sudadera
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